Seleccionar página

León fue uno de los principales imperios de Europa. Con embajadores en Inglaterra y Francia, nuestro imperio durante un tiempo, reino durante cientos de años era uno de los países pu(n)teros de la Europa Medieval.

La realidad es que hoy en día esas estructuras de estados han desaparecido, y si uno mira los países miembros de la Unión Europea, quiénes participan en los juegos olímpicos, o hasta los partidos de navidad de la selecciones León no aparece.

Hoy León ya no está entre los estados europeos y ni siquiera está en la segunda división: la de los integrantes de vanguardia de estados supranacionales. No. Hoy León ha sido borrado del mapa, su territorio dividido entre España y Portugal, y su territorio dentro de España a su vez cuarteado entre varias provincias.

El nombre de León, un nombre compartido por igual por los habitantes de ese país, se ha dejado reducido a un espacio administrativo apenas gestionado desde su capital y con gran peligro de seguir menguando mientras se convierte en un sitio donde va quien busca ofertas de spa.

Y sí, todo eso tienes serias consecuencias para los leoneses no ya en el ámbito de verse privados de su identidad, de su historia, de su cultura o de su lengua, sino de verse humillados en su condición de seres humanos y seriamente perjudicados en el campo económico.

 

Por qué el ser borrados del mapa nos perjudica económicamente

En primer lugar porque la historia ha demostrado que quien no gestiona sus recursos siempre es perjudicado en uno u otro plazo. Si nuestros recursos no son gestionados desde León y por leoneses quiere decir que son administrados por otros y desde fuera de León.

Posiblemente entre los leoneses no hay lumbreras dedicados a la política, pero los de fuera no fueron, son ni serán mejores simplemente porque no les interesa gastar nuestro dinero en nuestra tierra sino en la suya. Por mal que gaste un leonés dinero en León siempre será mejor que gastar ese dinero leonés en mejorar de manera eficiente Valladolid, Sevilla u Oporto.

En el caso de los territorios leoneses bajo administración portuguesa los recursos leoneses son gestionados desde Lisboa. En el caso de España es Madrid, y ciñéndonos al porcentaje de territorio leonés más grande gobernado por una administración pública, lo leones masivamente se gestiona desde Valladolid.

Sucede que los intereses leoneses y los castellanos no solo no son compatibles (en cuyo caso el daño que nos produciría sería menor, pero existiría) sino que muchas veces son competitivos.

Y obviamente seis provincias castellanas que duplican en población PIB a tres provincias leoneses imponen su ley con sus estructuras y sus votos.

 

 

Un sistema colonial basado en cipayos

Todo este sistema difícilmente podría sostenerse en estos niveles si no fuera por el grado de colaboracionismo de ciertos “leoneses” y lo ponemos entre comillas porque no todos, aunque sí muchos, tienen la condición de tales aunque seguramente una ayuda psicológica podría explicar este tipo de conductas.

Algunos por un plato de lentejas, otros por una ración de marisco y no pocos por unas migajas no tienen problema alguno en venderse al mejor postor a cambio de castellanizar nuestra tierra, asturianizar nuestro idioma o galleguizar nuestra toponimia.

Algunos de ellos se tratan con mayor o menor éxito de disfrazar de leoneses o leonesistas, otros ni tan siquiera lo disimulan y estamos empezando a ver cómo los antileoneses empiezan a alardear públicamente de ello, no ya dándole aceite a los amos pucelanos, sino directamente atacando a León, su lengua, su cultura y su economía.

Hay quien se vende a cambio de hacer una exposición, de 4.500 euros, de un puesto de ayudante de becario o de que le dejen ser el palanganero de supuestas academias que en poco se diferencias de las que te enseñan inglés a lo cutre.

Otros se vende por un despacho para ellos solos, porque no les asusten en su puestín logrado gracias a haber sido leonesistas o por mantener su poltrona unas semanas más. Otros no se venden, se regalan debido a su triste vida como segundones incapaces de hacer nada por ellos mismos y apenas mitigan su frustrada existencia haciendo el mal a León y a quienes lo defienden.

Y así llevamos más de setecientos años y muchos psicologos en leon siguen sin explicárselo. ¿Cuántos más? Dependerá de la capacidad de nuestra sociedad de extirpar a esos cánceres para poder tener posibilidades de ser libre.